Poesía

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jueves, 27 de octubre de 2011

Lírica Renacentista

Las relaciones políticas, guerreras, religiosas y literarias entre Italia y España desde la mitad del siglo XV, hicieron que existiera un amplio intercambio cultural entre estos dos países. El pasado de dos ilustres valencianos, Calixto III y Alejandro VI, sirvió para estrechar las relaciones culturales entre Castilla, el Reino de Aragón, Cataluña y Roma. En Italia se editaban o traducían las obras literarias españolas de mayor relieve, como el Amadís de Gaula, La Celestina, Cárcel de Amor o las composiciones poéticas de Jorge Manrique e Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, así como las compilaciones de producciones populares como los villancicos y los romances. Otro tanto sucedía en España con obras italianas, como la Jerusalén liberada, de Torcuato Tasso.El humanismo en España

A pesar de que en 1492 la Reconquista había finalizado con la toma de Granada, reino musulmán, y los judíos habían sido expulsados de la península Ibérica con el Edicto de Granada, seguían conviviendo las tres religiones; el judaísmo, el islam y el cristianismo, esta última mayoritaria y ostentadora del poder político. Es así como la Inquisición pasa a ser un órgano dependiente del Estado y no sólo de la Iglesia, y ejerce presión para que se termine expulsando a los antes tolerados.

La situación de España siempre fue muy compleja pero aun así el humanismo logró mantener su carácter innovador, a pesar de las interferencias que limitaron el estudio de los clásicos.

Durante el gobierno de los Reyes Católicos cabe destacar la labor de Antonio de Nebrija (1442-1522), autor de la primera Gramática castellana.

Por otra parte, el gran mecenas durante el humanismo fue el cardenal Gonzalo Jiménez de Cisneros, lo que contrasta en parte con el resto de su prelado por su origen humilde y su carácter austero y el haber puesto su mayor empeño en reformar las costumbres de indisciplina entre las órdenes religiosas. La reforma tenía que ser fruto de una reforma a la educación, y aunque no fuera erudito fue el máximo protector de los nuevos estudios. En 1498 fundó la Universidad de Alcalá de Henares, que superó en prestigio e influencia a todas las demás excepto la de Salamanca, su mayor rival.

La orientación de su reforma coincidía en parte con las ideas de Erasmo en un momento en que el erasmismo era la doctrina pujante en Europa y en España por supuesto, protegida por el rey Carlos I.

También durante la época era común una obra como la de Pedro Mexía, quien recopiló una miscelánea de información científica. Es un ejemplo de la tendencia renacentista a la idealización, pues se tenía la convicción de que la sabiduría puede extraerse de la gente común, cuya pura tradición la ha conservado, porque el pueblo está y siempre estuvo cerca de la naturaleza.

Dentro del idealismo y el humanismo del Renacimiento están muy bien representadas las controversias de la actividad colonial de España en el nuevo mundo. El principal promotor fue el fraile dominico Bartolomé de las Casas,Garcilaso de la Vega
Artículo principal: Garcilaso de la Vega
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Garcilaso de la Vega (1501-1536) cortesano y soldado de la época del emperador Carlos V. Es prácticamente imposible rehacer su vida externa sin detalles autobiográficos inspirados en mayor parte por la portuguesa Isabel Freire, pasando primero por los celos de su boda, y después por el dolor de su muerte. La poesía garcilasiana se vincula con tres nombres principales: Virgilio, Petrarca y Sannazaro (de Virgilio rescata la expresión del sentimiento, de Petrarca, la métrica y la indagación en los estados de ánimo y de Sannazaro, su nivel artístico).

Se destacó por la riqueza expresiva de sus versos ejemplificados por Dámaso Alonso en la égloga II, perfecta imbricación de recursos técnicos para acercar al lector a la comprensión en plenitud del lenguaje poético. Hay tres motivos esenciales: la dulzura, la tristeza y la gravedad. Parker destacó su simetría, y Clarke su perspectiva psicológica, etc.

La materia poética de Garcilaso está constituida por las vivencias de un espíritu agitado entre impulsos contradictorios, sumido en la conformidad o refugiado en sueños de hermosura. Pero estos estados del alma se han encontrado con moldes propios de la tradición literaria, que han actuado sobre el contenido sentimental y sobre la expresión, intensificándolos o filtrándolos.

Garcilaso comienza a preocuparse de la belleza del mundo exterior, de la hermosura femenina, después del paisaje. Pero nunca desaparecen rasgos hispánicos característicos como la gravedad y la digna contención, o la voluntad de perderse. Están presentes elementos del dolce stil nuovo, que le impulsan a idealizar el amor presentándolo como estímulo de la espiritualidad
[editar] Castillejo

Dentro de la llamada línea tradicional destaca la figura de Cristóbal de Castillejo, de quien se han tomado muy rígidamente sus poemas amorosos, ajustados a los tópicos del amor cortés, y sus sátiras. Ha sido percibido como un espíritu imbuido del ideal erasmista y dotado de una superioridad moral por encima de la bajeza cortesana. En su obra hay mezcla de jocosidad y moralismo. Estuvo en contra de la escuela italianizante, por estar encabezando la defensa de la lengua nacional del nuevo imperio, quien postulaba que esta lengua superaría y revitalizaría la insustancialidad y amaneramiento de las coplas castellanas de su tiempo, ya alejadas de los modelos anteriores. Este vitalismo suponía la incorporación de elementos folclóricos y tradicionales, la tendencia populista erasmista del refrán y del coloquio y el nacionalismo lingüístico literario.
[editar] Juan Boscán
Artículo principal: Juan Boscán

Juan Boscán Almogaver (o Joan Boscà i Almogàver, Barcelona, 1493 - Perpiñán, 1542), poeta y traductor catalán en lengua castellana del Renacimiento.

De familia noble, recibió una excelente formación humanística y sirvió en la Corte de los Reyes Católicos y después en la del emperador Carlos I de España. Fue preceptor del Duque de Alba. En la Corte conoció a otro gran poeta amigo suyo, don Diego Hurtado de Mendoza; éste le dirigió la famosa Epístola a Boscán. El caballero catalán se casó con una culta dama valenciana, doña Ana Girón Rebolledo. Viajó a Italia como embajador español. Allí encontró al caballero toledano Garcilaso de la Vega, con quien entabló una gran amistad; seguramente al aprecio que Boscán sentía por la obra del poeta valenciano Ausiàs March se deben las reminiscencias de éste que hay en algunas de las composiciones del poeta manchego.

Boscán, que había cultivado con anterioridad la conceptuosa y cortesana lírica cancioneril, introdujo el verso endecasílabo y las estrofas italianas (soneto, octava real, terceto encadenado, canción en estancias), así como el poema en endecasílabos blancos y los motivos y estructuras del Petrarquismo en la poesía castellana. Se persuadió de ello en una conversación con su amigo, el embajador veneciano y humanista Andrea Navagiero, en los jardines del Generalife, en Granada, como contó él mismo, ya que éste le animó a intentar esa experiencia poética.

Convenció de esta novedad también a sus amigos Garcilaso de la Vega y don Diego Hurtado de Mendoza y escribió el manifiesto de la nueva estética italianizante del Renacimiento en una epístola nuncupatoria dirigida "A la duquesa de Soma" que puso como prólogo a uno de sus volúmenes de poesías. Otros caballeros, sin embargo, tenían un concepto más nacionalista del Renacimiento, como por ejemplo Cristóbal de Castillejo, e hicieron ver amablemente su disconformidad en sátiras contra el nuevo estilo. La novedad del endecasílabo, sin embargo, arraigó al lado del octosílabo como el verso más usado en la lírica española y desde entonces el dodecasílabo, con un ritmo machacón y menos flexible que el del endecasílabo, fue arrinconado y preterido en favor del endecasílabo cuando había que tratar temas importantes. La poesía castellana quedó así enriquecida con nuevos versos, estrofas, temas, tonos y recursos expresivos.

El poema Hero y Leandro de Boscán es el primero que trata de temas legendarios y mitológicos clásicos. Por otra parte, su Epistola a Mendoza introduce en España el modelo de la epístola moral como un género poético imitado de Horacio, donde se expone el ideal del sabio estoico con su prudente moderación y equilibrio.

Estudios modernos han desterrado la idea infundada de la dureza y sequedad de sus versos con el pretexto de que no era un hablante nativo de castellano. Fuera de un amplio cancionero petrarquista, Boscán demostró su dominio del castellano traduciendo además Il libro del cortegiano (1528) del humanista italiano Baldassare Castiglione con el título de El Cortesano (1534) en una modélica prosa renacentista esmaltada de germinaciones ciceronianas. Además, preparó la edición de las obras de su amigo Garcilaso de la Vega junto a las suyas, si bien murió antes de poder culminar el proyecto, por lo que su viuda imprimió la obra en 1543 en el taller de Carles Amorós, en Barcelona, con el título Las obras de Boscán con algunas de Garcilaso de la Vega. Hijo de una noble familia, su padre, Bernardo, era patricio y embajador veneciano y tan amante de la literatura que llegó a levantar un monumento a Dante en Rávena. Erigió luego uno en Florencia (1478–1480) y, más tarde, otro en Ferrara (1498). De esta suerte pudo conocer las cortes de Lorenzo el Magnífico y de Alfonso de Este, en las cuales los literatos eran muy apreciados. Con sus primeras experiencias cortesanas se mezclaron los estudios clásicos realizados en la escuela mesinesa del helenista Constantino Lascaris (1492) y, en Padua, bajo la dirección de Nicolò Leonico Tomeo.

El generoso acogimiento de Guidobaldo de Montefeltro y de su esposa Isabel Gonzaga, objeto del cálido elogio del autor, le disuadieron de su intento de retirarse a la abadía de la Croce dell'Avellana, cerca de Urbino. Por lo demás el carácter de Pietro Bembo no se avenía bien con la humildad monástica, no sólo por su independencia, sino por los gustos que demostraba a la manera de su modelo, el humanista Petrarca. Residió en Urbino entre los años 1506 y 1512, y allí conoció al gran pintor Rafael y al cardenal Juan de Médicis, el futuro papa León X.

Gracias a Juliano de Médici, tomó el cargo de secretario personal de éste cuando fue nombrado pontífice, como Clemente VII, y marchó a Roma como secretario de cartas latinas para redactar en perfecto latín ciceroniano las bulas pontificias. Este período romano (1512–1519) es denominado «ciceroniano» a causa de su defensa de la imitatio ciceroniana (imitación de la lengua y sintaxis de un sólo autor latino considerado modélico, Cicerón) frente a la imitatio eclectica que pregonaban los humanistas discípulos de Erasmo de Rotterdam (imitación de lo mejor del latín de distintos autores).

A la muerte del papa se trasladó de nuevo a Padua en 1521, lugar al que fueron a residir no pocos artistas del momento por la protección que allí se les dispensaba. Fue también la época de Gli asolani (Los asolanos) (1505), tres diálogos dedicados a Lucrecia Borgia, con la cual mantuvo un tórrido romance cuando la conoció en Ferrara en la corte de su marido, Alfonso d'Este. En esta obra desarrolla la teoría platónica del amor. También empezó a escribir las Prose della volgar lingua, Prosas sobre la lengua vulgar, publicadas más tarde en 1525; diálogos donde el erudito latinista, no sordo a las llamadas de la poesía en romance, llevó a cabo una admirable aproximación a las diversas teorías sobre el lenguaje e intentó construir una gramática de una lengua italiana que no existía, dispersa como estaba en numerosos dialectos; propuso tomar como modelo la lengua de Florencia y para ello propuso como modelo la lengua de Petrarca en la poesía y la de Giovanni Boccaccio en la prosa. Afirmó ya sin contemplaciones la necesidad de dignificar (nobilitare) el idioma vulgar igualándolo en regularidad al latín.

Al mismo tiempo que completaba las Prose della volgar lingua, entre 1521 y 1525, enriquecía con glosas la nueva edición del Canzoniere de Petrarca, con ayuda de su amigo el impresor y humanista veneciano Aldo Manucio. En Roma conoció a Faustina della Morosina, que le dio tres hijos, pero con la cual no se casó para no perder los beneficios eclesiásticos. El Carteggio d´amore (1500) es un epistolario que ofrece un valioso testimonio de otro amor suyo, el que profesó a María Savorgnan, largo tiempo envuelto en el misterio. Establecido en Padua, Bembo fue llamado por la Signoria a Venecia en 1529 para escribir la historia de la República de Venecia y dirigir la Biblioteca Nicena, actualmente Marciana o de San Marcos. Dentro de la primera de estas actividades reanudó la obra ya iniciada por Sabellico escribiendo en latín los Rerum Venetarum historiae libri XII, historia de Venecia entre 1487 y 1513, impresa en 1551, que luego tradujo al idioma vulgar. Su poesía latina está recogida en Carmina (Venecia 1533).

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