Poesía

Poesía

sábado, 17 de septiembre de 2011

Linda la letra de esta canción

Guardian de la puerta de amor

Como un día sin el sol
como una noche sin estrellas
 así es una ilusión
que no puedes tenerlas
se depierta el furor guardado en mi corazón
pero nadie me oye el silencio triunfó
otra vez me mudó...

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Que es arte


Que es arte
Que cantes una canción
Que retumbe el corazón
Eso es arte
Que en un poema tejas tu ropaje
Que provoque en el alma un oleaje
Eso es arte
Que dibujes en las nubes con delicadeza
Que reflejes que tu ser tiene belleza
Eso es arte
Que frente a tanta estrella puedas actuar
Y en la realidad a los problemas vas a enfrentar
Eso es arte
Que grites debajo de la montaña lo que sientes
Y escribas lo que pasa por tu mente
Eso es arte
Que construyas un universo con marfil
Para protegerte en la oscuridad sin fin
Eso es arte
Que el amor te ahogue con estrepito
Que no halla más guerras ni ejercito
Eso es arte
Si el fauno te busca de noche
Y la bella Ada  no admite reproche
Eso es arte

martes, 13 de septiembre de 2011

Bitácora y Bienvenida Garcilaso de la Vega ÉGLOGA III - TIRRENO ALCINO

Aquella voluntad honesta y pura,
ilustre y hermosísima María,
que en mí de celebrar tu hermosura,
tu ingenio y tu valor estar solía,
a despecho y pesar de la ventura
que por otro camino me desvía,
está y estará en mí tanto clavada,
cuanto del cuerpo el alma acompañada.

Y aún no se me figura que me toca
aqueste oficio solamente en vida;
mas con la lengua muerta y fría en la boca
pienso mover la voz a ti debida.
Libre mi alma de su estrecha roca
por el Estigio lago conducida,
celebrándose irá, y aquel sonido
hará parar las aguas del olvido.

Mas la fortuna, de mi mal no harta,
me aflige, y de un trabajo en otro lleva;
ya de la patria, ya del bien me aparta;
ya mi paciencia en mil maneras prueba;
y lo que siento más es que la carta
donde mi pluma en tu alabanza mueva,
poniendo en su lugar cuidados vanos,
me quita y me arrebata de las manos.

Pero por más que en mí su fuerza pruebe
no tomará mi corazón mudable;
nunca dirán jamás que me remueve
fortuna de un estudio tan loable.
Apolo y las hermanas todas nueve,
me darán ocio y lengua con que hable
lo menos de lo que en tu ser cupiere;
que esto será lo más que yo pudiere.

En tanto no te ofenda ni te harte
tratar del campo y soledad que amaste,
ni desdeñes aquesta inculta parte
de mi estilo, que en algo ya estimaste.
Entre las armas del sangriento Marte,
do apenas hay quien su furor contraste,
hurté de tiempo aquesta breve suma,
tomando, ora la espada, ora la pluma.

Aplica, pues, un rato los sentidos
al bajo son de mi zampoña ruda,
indigna de llegar a tus oídos,
pues de ornamento y gracia va desnuda;
mas a las veces son mejor oídos
el puro ingenio y lengua casi muda,
testigos limpios de ánimo inocente,
que la curiosidad del elocuente.
Por aquesta razón de ti escuchado,
aunque me falten otras, ser merezco.
Lo que puedo te doy, y lo que he dado,
con recibillo tú yo me enriquezco.
De cuatro ninfas que del Tajo amado
salieron juntas a cantar me ofrezco:
Filódoce, Dinámene y Climene,
Nise, que en hermosura par no tiene.

Cerca del Tajo en soledad amena
de verdes sauces hay una espesura,
toda de yedra revestida y llena,
que por el tronco va hasta la altura,
y así la teje arriba y encadena,
que el sol no halla paso a la verdura;
el agua baña el prado con sonido
alegrando la vista y el oído.

Con tanta mansedumbre el cristalino
Tajo en aquella parte caminaba,
que pudieran los ojos el camino
determinar apenas que llevaba.
Peinando sus cabellos de oro fino,
una ninfa del agua do moraba
la cabeza sacó, y el prado ameno
vido de flores y de sombra lleno.

Movióla el sitio umbroso, el manso viento,
el suave olor de aquel florido suelo.
Las aves en el fresco apartamiento
vio descansar del trabajoso vuelo.
Secaba entonces el terreno aliento
el sol subido en la mitad del cielo.
En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba.

Habiendo contemplado una gran pieza
atentamente aquel lugar sombrío,
somorgujó de nuevo su cabeza,
y al fondo se dejó calar del río.
A sus hermanas a contar empieza
del verde sitio el agradable frío,
y que vayan las ruega y amonesta
allí con su labor a estar la siesta.

No perdió en esto mucho tiempo el ruego,
que las tres de ellas su labor tomaron
y en mirando de fuera, vieron luego
el prado, hacia el cual enderezaron.
El agua clara con lascivo juego
nadando dividieron y cortaron,
hasta que el blanco pie tocó mojado,
saliendo de la arena el verde prado.

Poniendo ya en lo enjuto las pisadas,
escurrieron del agua sus cabellos,
los cuales esparciendo, cobijadas
las hermosas espaldas fueron de ellos.
Luego sacando telas delicadas,
que en delgadeza competían con ellos,
en lo más escondido se metieron,
y a su labor atentas se pusieron.

Las telas eran hechas y tejidas
del oro que el felice Tajo envía,
apurado después de bien cernidas
las menudas arenas do se cría:
y de las verdes hojas reducidas
en estambre sutil, cual convenía
para seguir el delicado estilo
del oro ya tirado en rico hilo.

La delicada estambre era distinta
de los colores que antes le habían dado
con la fineza de la varia tinta
que se halla en las conchas del pescado.
Tanto artificio muestra en lo que pinta
y teje cada Ninfa en su labrado,
cuanto mostraron en sus tablas antes
el celebrado Apeles y Timantes.

Filódoce, que así de aquellas era
llamada la mayor, con diestra mano
tenía figurada la ribera
de Estrimón, de una parte el verde llano.
y de otra el monte de aspereza fiera,
pisado tarde o nunca de pie humano,
donde el amor movió con tanta gracia
la dolorosa lengua del de Tracia.
Estaba figurada la hermosa
Eurídice, en el blanco pie mordida
en la pequeña sierpe ponzoñosa
entre la hierba y flores escondida;
descolorida estaba como rosa
que ha sido fuera de sazón cogida,
y el ánima los ojos ya volviendo,
de su hermosa carne despidiendo.

Figurado se vía extensamente
el osado marido que bajaba
al triste reino de la oscura gente,
y la mujer perdida recobraba;
y cómo después de esto él, impaciente
por miralla de nuevo, la tornaba
a perder otra vez, y del tirano
se queja al monte solitario en vano.

Dinámene no menos artificio
mostraba en la labor que había tejido,
pintando a Apolo en el robusto oficio
de la silvestre caza embebecido.
Mudar luego le hace el ejercicio
la vengativa mano de Cupido.
que hizo a Apolo consumirse en lloro
después que le enclavó con punta de oro.

Dafne con el cabello suelto al viento,
sin perdonar al blanco pie corria
por áspero camino, tan sin tiento
que Apolo en la pintura parecía que,
porque ella templase el movimiento,
con menos ligereza la segura.
El va siguiendo, y ella huye
como quien siente al pecho el odioso plomo.

Mas a la fin los brazos le crecían,
y en sendos ramos vueltos se mostraban.
Y los cabellos. que vencer solían
al oro fino, en hojas se tornaban;
en torcidas raíces se extendían
los blancos pies, y en tierra se hincaban;
llora el amante, y busca el ser primero,
besando y abrazando aquel madero.

Climene, llena de destreza y maña,
el oro y las colores matizando
iba, de hayas una gran montaña,
de robles y de peñas variando;
un puerco entre ellas de braveza extraña,
estaba los colmillos aguzando
contra un mozo; no menos animoso,
con su venablo en mano, que hermoso.

Tras esto el puerco allí se vía herido
de aquel mancebo por su mal valiente,
y el mozo en tierra estaba ya tendido,
abierto el pecho del rabioso diente;
con el cabello de oro desparcido
barriendo el suelo miserablemente,
las rosas blancas por alí sembradas
tornaba con su sangre coloradas.

Adonis este se mostraba que era,
según se muestra Venus dolorida,
que viendo la herida abierta y fiera,
estaba sobre él casi amortecida.
Boca con boca coge la postrera
parte del aire que solía dar vida
al cuerpo, por quien ella en este suelo
aborrecido tuvo al alto cielo.

La blanca Nise no tomó a destajo
de los pasados casos la memoria
y en la labor de su sutil trabajo
no quiso entretejer antigua historia;
antes mostrando de su claro Tajo
en su labor la celebrada gloria,
lo figuró en la parte donde él baña
la más felice tierra de la España.

Pintado el caudaloso río se vía,
que en áspera estrecheza reducido,
un monte casi alrededor ceñía
con ímpetu corriendo y con ruido;
querer cercallo todo parecía
en su volver, mas era afán perdido;
dejábase correr en fin derecho,
contento de lo mucho que había hecho.

Estaba puesta en la sublime cumbre
del monte, y desde allí por él sembrada
aquella ilustre y clara pesadumbre
de antiguos edificios adornada.
De allí con agradable mansedumbre
el Tajo va siguiendo su jornada,
y regando los campos y arboledas
con artificio de las altas ruedas.

En la hermosa tela se veían
entretejidas las silvestres diosas
salir de la espesura, y que venían
todas a la ribera presurosas,
en el semblante tristes, y traían
cestillos blancos de purpúreas rosas,
las cuales esparciendo derramaban
sobre una ninfa muerta, que lloraban,

Todas con el cabello desparcido
lloraban una ninfa delicada,
cuya vida mostraba que había sido
antes de tiempo y casi en flor cortada.
Cerca del agua en el lugar florido,
estaba entre las hierbas degollada,
cual queda el blanco cisne cuando pierde
la dulce vida entre la hierba verde.

Una de aquellas diosas, que en belleza,
al parecer, a todas excedía,
mostrando en el semblante la tristeza
que del funesto y triste caso había
apartado algún tanto, en la corteza
de un álamo estas letras escribía
como epitafio de la ninfa bella,
que hablaban así por parte de ella.

"Elisa soy, en cuyo nombre suena
y se lamenta el monte cavernoso,
testigo del dolor y grave pena
en que por mí se aflige Nemoroso,
y llama ¡Elisa!... ¡Elisa! a boca llena
responde el Tajo, y lleva presuroso
al mar de Lusitania el nombre mío,
donde será escuchado, yo lo fío."

En fin en esta tela artificiosa
toda la historia estaba figurada,
que en aquella ribera deleitosa
de Nemoroso fue tan celebrada;
porque de todo aquesto y cada cosa
estaba Nise ya tan lnformada,
que llorando el pastor, mil veces ella
se enterneció escuchando su querella.

Y porque aqueste lamentable cuento
no sólo entre las selvas se contase,
mas dentro de las ondas sentimiento
con la noticia desto se mostrase,
quiso que de su tela el argumento
la bella ninfa muerta señalase
y así se publicase de uno en uno
por el húmedo reino de Neptuno.

Destas historias tales variadas
eran las telas de las cuatro hermanas,
las cuales con colores matizadas
claras y luces de las sombras vanas,
mostraban a los ojos relevadas
las cosas y figuras que eran llanas,
tanto, que al parecer el cuerpo vano
pudiera ser tomado con la mano.

Los rayos ya del sol se trastornaban,
escondiendo su luz al mundo cara
tras altos montes, y a la luna daban
lugar para mostrar su blanca cara;
los peces a menudo ya saltaban,
con la cola azotando el agua clara,
cuando las Ninfas, la labor dejando,
hacia el agua se fueron paseando.

En las templadas ondas ya metidos
tenían los pies, y reclinar querían
los blancos cuerpos, cuando sus oídos
fueron de dos zampoñas que tañían
suave y dulcemente, detenidos;
tanto, que sin mudarse las oían,
y al son de las zampoñas escuchaban
dos pastores a veces que cantaban.

Más claro cada vez el son se oía,
de los pastores, que venían cantando
tras el ganado, que también venía
por aquel verde soto caminando;
y a la majada, ya pasado el día,
recogido le llevan, alegrando
las verdes selvas con el son suave
haciendo su trabajo menos grave.

Tirreno de estos dos el uno era,
Alcino el otro, entrambos estimados,
y sobre cuantos pacen la ribera
del Tajo con sus vacas enseñados;
mancebos de una edad, de una manera
a cantar juntamente aparejados
y a responder, aquesto van diciendo,
cantando el uno, el otro respondiendo.

TIRRENO

Flérida, para mi dulce y sabrosa
más que la fruta del cercado ajeno,
más blanca que la leche, y más hermosa
que el prado por abril de flores lleno:
si tú respondes pura y amorosa
al verdadero amor de tu Tirreno,
a mi majada arribarás primero
que el cielo nos muestre su lucero.
ALCINO

Hermosa Filis, siempre yo te sea
amargo al gusto más que la retama,
y de ti despojado yo me vea,
cual queda el tronco de su verde rama,
si más que yo el murciélago desea
la oscuridad, ni más la luz desama,
por ver ya el fin de un término tamaño
de este día; para mí mayor que un año.

TIRRENO

Cual suele acompañada de su bando
aparecer la dulce primavera,
cuando Favonio y Céfiro soplando
al campo toman su beldad primera,
y van artificiosos esmaltando
de rojo, azul y blanco la ribera,
en tal manera a mi Flérida mía
viniendo, reverdece mi alegría.

ALClNO

¿Ves el furor del animoso viento
embravecido en la fragosa sierra
que los antiguos robles ciento a ciento,
y los pinos altísimos atierra,
y de tanto destrozo aún no contento,
al espantoso mar mueve la guerra?
Pequeña es esta furia, comparada
a la de Filis, con Alcino airada.

TIRRENO

El blanco trigo multiplica y crece
produce el campo en abundancia y tierno
pasto al ganado; el verde monte ofrece
a las fieras salvajes su gobierno-,
a do quiera me miro, me parece
que derrama la copia todo el cuerno;
mas todo se convertirá en abrojos,
si de ello aparta Flérida sus ojos.

ALCINO

De la esterilidad es oprimido
el monte, el campo, el soto y el ganado;
la malicia del aire corrompido
hace morir la yerba mal su grado;
las aves ven su descubierto nido,
que ya de verdes hojas fue cercado;
pero si Fllis por aqui tornare,
hará reverdecer cuanto mirare.
TIRRENO

El álamo de Alcides escogido
fue siempre, y el laurel del rojo Apolo;
de la hermosa Venus fue tenido
en precio y en estima el mirto solo;
el verde sauce de Flérida es querido,
y por suyo entre todos escogiólo:
doquiera que de hoy más sauces se hallen,
el álamo, el laurel y el mirto callen.

ALCINO

El fresno por la selva en hermosura
sabemos ya que sobre todos vaya,
y en aspereza y monte de espesura
se aventaja la verde y alta haya;
mas el que la beldad de tu figura,
donde quiera mirando, Filis, haya,
al fresno y a la haya en su aspereza
confesará que vence tu belleza.

Esto cantó Tirreno, y esto Alcino
le respondió; y habiendo ya acabado
el dulce son, siguieron su camino
con paso un poco más apresurado.
Siendo a las ninfas ya el rumor vecino,
juntas se arrojan por el agua a nado;
y de la blanca espuma que movieron,
las cristalinas ondas se cubrieron.







Sílabo


UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL FRANCISCO MORAZÁN
SÍLABO                                                                                                                             Lic. José Alberto Díaz Perdomo
Espacio pedagógico: Modelos Literarios: Poesía                                         Código:  ELL-1504

Área Académica: Letras y Lenguas

Requisito: ELL –1203 Introducción a los estudios literarios

Horario
Septiembre
Octubre
Noviembre
Lunes a jueves
7:00 – 7:55 am



Competencias
1.    Capacidad para análisis y de síntesis
2.    Capacidad para comunicación oral y escrita
3.    Capacidad para trabajar en equipo
4.    Capacidad para gestionar el aprendizaje autónomo, crítico y creativo
5.    Capacidad para identificación y caracterización de los elementos del género poético, sus tendencias de acuerdo a la época.
6.    Capacidad para establecer similitudes y diferencias entre las expresiones poéticas orientales y las occidentales.
7.       Capacidad para diferenciar el discurso poético del discurso narrativo.
Subcompetencias
1.    Identificar los elementos del género poético.
2.    Caracterizar la poesía de acuerdo con tendencias y épocas.
3.    Analizar diferentes obras poéticas.
4.    Participar en conversatorios, exposiciones, mini conferencias y así contribuir con la expresión oral y escrita.
5.    Presentar en equipo, análisis e interpretación de obras.
6.    Relacionar las manifestaciones poéticas con su contexto histórico, social,  filosófico y literario.
7.       Ensayar aproximaciones curriculares de las formas literarias estudiadas en los distintos niveles educativos.
Área temática
a.    Poesía antigua oriental
b.    Poesía grecolatina
c.    Poesía medieval
d.    Poesía renacentista
e.    Poesía barroca
f.     Poesía neoclásica
g.    Poesía romántica
h.    Poesía simbolista
i.      Poesía modernista
j.      Poesía parnasianista
k.    Poesía vanguardista
a.   Nuevas tendencias de la poesía contemporánea
Metodología de Enseñanza-Aprendizaje:
Para el desarrollo de este espacio pedagógico se proponen las siguientes estrategias: elaboración de blog, iinvestigación, resúmenes, síntesis,  investigación-acción y bibliográfica, trabajos en grupos colaborativos, mapas cognitivos, debates, exposiciones,  murales, conferencias, conversatorios, asignación de tareas, análisis de textos y  pruebas objetivas.

Estrategias de evaluación:
a)    Evaluación diagnóstica    (12/09/2011)
b)    Evaluación sumativa
-          Elaboración del blog   60%   (Diseño 20%, bitácora 20%, incorporación de las evidencias de aprendizaje 20%.)
-          Exposiciones 20%
-          Cuadro comparativo de la poesía oriental 10%
-          Mapas mentales 10%
-          Tres pruebas escrita 50%
-          Murales  25%
-          Entrevista a un poeta hondureño (video) 30%
-          Aplicación de análisis estructural a poesía 20%
-          Visita al teatro. 25%
-          Análisis final de una obra de un escritor hondureño y conversatorio 50%
-          Debate de poesía vanguardista 30%
c)    Evaluación formativa
-          Participación en clase, puntualidad en los trabajos, asistencia a clases, cooperación y motivación en las asignaciones  25%

Bibliografía mínima:
1.    Alfonso Carvajal, (2002) Los Poetas Malditos un Ensayo Libre de Culpa, Colombia, Panamericana, Editorial.
2.    Arias Martín y Martín Hadis (2001)  Borges profesor.  Curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires.     Argentina: MC editores.
3.    Anna Balakian, (1969) El Movimiento Simbolista, España, Ediciones Guadarrama, S.A.
4.    Andrè Breton, (2002) Manifiestos Surrealistas, Madrid, Visor.
5.    Agusti Bartra, (1974) Antología de la Poesía Norteamericana, México, Plaza & Janes, S.A. Editores.
6.    Ángel L. Cilveti, (1974) Introducción a la Mística Española, Madrid, Editorial Cátedra.
7.    Emmanuelle De L´Ecotais, (1998) El Espíritu Daada, Madrid, Traducción Bìa Minchot, Editons Assouline.
8.    Fernando Lázaro Carreter, Estilo Barroco y Personalidad Creadora (1984), Madrid, Cátedra.
9.    Fray Luis de León, (1989) Poesías, Madrid, Ediciones Preparada por Miguel Santiago.
10.    J.M. Ibáñez Langloris, (1978) Tres Claves de La Poesía Contemporánea, Madrid, Ediciones Rialp, S.A.


Busco al cisne que me ama/ escrito por Z.P.C.


Busco al cisne que me ama
Busco un querubín o un serafín
Busco un roble ideal para mí
Donde pueda anidar en sus ramas
Donde pueda descansar mis alas
Ahí veré el mundo perfecto
Ahí seré un cisne eterno
Sé que sueño demasiado
Pero el solo verte me pone extasiado
Alzare vuelo hacia el mar
Moriré sino me puedes amar
Muéstrame tus ojos de rubí
Muéstrame tu sonrisa que es solo para mí
Ven desde el norte hasta el sur
Ven con mucha prontitud
Juntos tocaremos el cielo
Juntos, como en un bello sueño


lunes, 12 de septiembre de 2011

La hipocresía es igual al océano

Entre rosas y un recital
Proclamaré la verdad
No es que mi palabra sea santa
Pero la hipocresía estiró la manta
Las tinieblas se asomaron a las ventanas
Los jóvenes mueren, verdes manzanas
La madurez no habita en los cuerpos robustos
Sino en los prudentes y justos
Mientras unos sobresalen en la crítica
Otros viven con mascaras en la política
Los jilgueros cantan la melodía
Que esta sociedad esta perdida
 Casi no existen amigos sinceros
Sobra quien piense que eres de acero
Siempre habrá un simio orgulloso
También en todo bosque hay un perezoso
Que se hinche tu pecho si eres perfecto
Y te mostraré el único que resucito entre los muertos.